15 de octubre de 2008

Milán

El viaje de las mil y una bromas.

Bajarse en Milán inspira a priori desconfianza: calles algo sucias, mobiliario urbano un poco deteriorado, un metro que deja bastante que desear... pero el centro, Il Duomo, las galerías... compensan el resto.

De la gastronomía poco hay que hablar: Pasta, helados y pizzas pero estas últimas tienen un toque muy peculiar... muy a la italiana.

Un viaje simplemente genial





1 comentario:

Hugo de Lugo dijo...

Me alegro que hayas disfrutado el viaje, pero deja de hablar de minucias y habla de lo importante de verdad... ¡¡¡LAS GOMAS DE BORRAR!!! :p